José Luis Rodríguez se marchó hace tres años, según nos cuenta él mismo, cuando terminó su etapa con Cristina Hoyos. «En esos momentos quería ir dando pasos hacia mi carrera como concertista, algo que estuvo en mi interior desde que era muy jovencito, y que, en aquel momento, se convirtió en una necesidad interna muy fuerte”. pero, como no encontró el apoyo necesario para desarrollar su carrera como solista, siguió apegado al baile y produjo un disco que se quedó en un cajón casi 5 años. Por eso, en vez de frenarle le hizo comprender “desde una fuerza interna”, que “tenía algo que contar con mi música”. Así que tomó la decisión de dejar totalmente de tocar para el baile, aunque en un momento en el que todo se estaba paralizando por la crisis económica y a lo que se sumaron las dificultades que tienen los instrumentistas en España para tener un mínimo de espacios donde tocar con garantías. Aparte de “ser ignorado por quienes en este momento manejan el flamenco” y eso que lo siguió intentando, hasta “perderlo todo”, añade.
«En España, en general, los artistas pasamos por ser considerados vagos, corruptos, borrachos…»
Una vez allí no fue fácil, pero su compromiso con la música se hizo más fuerte y gracias, según él “al Universo y al esfuerzo realizado, puedo decir que mi trabajo está enfocado en la guitarra de concierto por encima de todo”. Aunque confiesa que nunca pierde la esperanza de regresar a su patria, pero “por el momento, debo estar donde estoy”.
José Luis es sincero y habla claramente del escaso valor que en España se da al flamenco. Sin cortapisas aclara que fuera de nuestras fronteras “ Se valora más el arte en general. El artista es considerado alguien especial. En España, en general, los artistas pasamos por ser considerados vagos, corruptos, borrachos, etc. El flamenco, en otros países, tiene seguidores y admiradores que se entregan como público y aficionados y tienen un respeto profundo por los artistas. Pero mas allá de esta consideración, no es solo el flamenco. La audiencia en un país como USA está acostumbrada a ver toda clase de conciertos y espectáculos y es más capaz de disfrutar del arte en todas sus facetas, sin tantos prejuicios y opiniones preconcebidas como ocurre en España”.Vivir en Miami supone todo, la idea del latino sobre “lo español” abarca el flamenco, Lola Flores, Sara Montiel, castañuelas, lunares, la pasión, los toros, el rojo y el negro… y todo en una coctelera.
Lo que no le afecta para nada, según confiesa él mismo, es que se le valore más por estar fuera, “ No me preocupa la cantidad de valoración, sino la posibilidad de compartir mis emociones a través de mi guitarra”.
Hace muy poquito hizo una gira junto a Concha Buika (que reside ahora en Miami), pero también tiene relación con músicos como Federico Britos (violinista uruguayo), Susana Behar (cantante sefardí) o con Gema Corredera (cantante cubana), que son muy reconocidos.
Confiesa que ha tenido mucha suerte. “En estos tres años he podido poner en pie varios espectáculos y conciertos, algunos totalmente míos y otros en los que he compuesto música y/o producido. Las infraestructuras están mejor diseñadas para el artista y para que las artes puedan tener iniciativas propias. A veces con ayudas económicas, otras con acuerdos con los teatros o con los presentadores, el artista tiene un espacio por el que crear y exponer su obra.
Ahora mismo está inmerso en un nuevo estreno en Miami “Resonancias”. Este va a ser un concierto en el que está utilizando algunas historias familiares que se contaban como anécdotas o leyendas y que, “sin haberlas vivido nunca, uno las va incorporando en la mente, como si fuesen recuerdos propios, cambiándolas y distorsionándolas, como si las viésemos reflejadas en una cuchara, afectándonos en la vida diaria y, como consecuencia, en el arte . Este encuentro con estas memorias tiene como punto de partida mi necesidad actual de re-conectar con mis raíces; para llegar a ello, cuento con las proyecciones de Carla Forte y Alexey Tarán, la danza de Niurca Márquez, y el soporte musical y experimental del reconocido músico electro-acústico Gustavo Matamoros. Estas “manipulaciones “ visuales y sonoras me permiten recrear las emociones y el mundo de la mente y las memorias”.
Lo van a estrenar el 8 y 9 de Mayo en el Miami Dade County Auditorium y va a estar comisionado por la empresa Fundarte como parte de un programa de la Fundación Knight Arts.